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La revista "porExperiencia", publicación especializada en salud laboral dirigida a los delegados de prevención de CCOO, ha denunciado en uno de sus artículos que “el trabajo estacional carece de las actividades de prevención más habituales, como las evaluaciones de riesgos, la información y formación o la vigilancia de la salud”, según ha informado el sindicato.
Según esta publicación, “los trabajadores empleados en actividades productivas de temporada, o los que su trabajo se intensifica en ciertas épocas el año, como turismo de verano o de invierno, la recolección estacional en la agricultura, etc., forman una población laboral heterogénea y móvil que, según la Encuesta de Población Activa (EPA), se aproxima a las 150.000 personas.
Estos trabajadores de temporada hacen frente, según la revista, “a a gran número de incertidumbres, como la ausencia de contrato escrito, horarios de trabajo irregulares, duración del contrato no establecida, remuneración dependiente de horas trabajadas, incentivos, propinas, etc. mientras viven en la urgencia e inmediatez para responder a su patrón. La gestión de la mano de obra se limita, la mayoría de las veces, a la estrecha vigilancia del patrón o del encargado”.
Este trabajo estacional es, por un lado, el punto de partida para la inserción en el mundo laboral de algunas personas, y, por otro, el ingreso en el trabajo precario y marginal para otras, y se caracteriza por largas jornadas y elevados ritmos de de trabajo que implican el olvido y la negación de la salud a la espera de que finalice la temporada, denuncia "porExperiencia".
Efectos sobre los trabajadores
En este periodo el organismo debe responder de forma brusca a las elevadas exigencias físicas y psíquicas derivadas de la punta de actividad, las demandas de los clientes y las de los empleadores, y en estas condiciones los riesgos para la salud son minimizados y la salud es puesta entre paréntesis. Estas condiciones de trabajo se traducen en fatiga y estrés, falta de sueño y desarreglos alimentarios, y se ha constatado una elevada frecuencia de trastornos musculoesqueléticos, accidentes de trabajo e infecciones.
En este contexto, la temporalidad del empleo, la variedad contractual y las carencias en la regulación de estos sectores provocan que “las estructuras de prevención no alcancen a estos colectivos, y que las actividades preventivas más habituales, como las evaluaciones de riesgos, la información y la formación o la vigilancia de la salud, sean inexistentes”.
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La revista "porExperiencia", publicación especializada en salud laboral dirigida a los delegados de prevención de CCOO, ha denunciado en uno de sus artículos que “el trabajo estacional carece de las actividades de prevención más habituales, como las evaluaciones de riesgos, la información y formación o la vigilancia de la salud”, según ha informado el sindicato.
Según esta publicación, “los trabajadores empleados en actividades productivas de temporada, o los que su trabajo se intensifica en ciertas épocas el año, como turismo de verano o de invierno, la recolección estacional en la agricultura, etc., forman una población laboral heterogénea y móvil que, según la Encuesta de Población Activa (EPA), se aproxima a las 150.000 personas.
Estos trabajadores de temporada hacen frente, según la revista, “a a gran número de incertidumbres, como la ausencia de contrato escrito, horarios de trabajo irregulares, duración del contrato no establecida, remuneración dependiente de horas trabajadas, incentivos, propinas, etc. mientras viven en la urgencia e inmediatez para responder a su patrón. La gestión de la mano de obra se limita, la mayoría de las veces, a la estrecha vigilancia del patrón o del encargado”.
Este trabajo estacional es, por un lado, el punto de partida para la inserción en el mundo laboral de algunas personas, y, por otro, el ingreso en el trabajo precario y marginal para otras, y se caracteriza por largas jornadas y elevados ritmos de de trabajo que implican el olvido y la negación de la salud a la espera de que finalice la temporada, denuncia "porExperiencia".
Efectos sobre los trabajadores
En este periodo el organismo debe responder de forma brusca a las elevadas exigencias físicas y psíquicas derivadas de la punta de actividad, las demandas de los clientes y las de los empleadores, y en estas condiciones los riesgos para la salud son minimizados y la salud es puesta entre paréntesis. Estas condiciones de trabajo se traducen en fatiga y estrés, falta de sueño y desarreglos alimentarios, y se ha constatado una elevada frecuencia de trastornos musculoesqueléticos, accidentes de trabajo e infecciones.
En este contexto, la temporalidad del empleo, la variedad contractual y las carencias en la regulación de estos sectores provocan que “las estructuras de prevención no alcancen a estos colectivos, y que las actividades preventivas más habituales, como las evaluaciones de riesgos, la información y la formación o la vigilancia de la salud, sean inexistentes”.
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